Los autónomos pueden determinar con total libertad su base de cotización, entre un mínimo y un máximo que va modificándose prácticamente de año en año. En 2020 fluctúa entre 944,35€ y los 4070,40€ por mes.
Esta base, por su parte, se usa para calcular la cuota de autónomos que abonan los miembros de este colectivo un mes tras otro. De ahí que, la enorme mayoría de ellos, en torno al ochenta y cinco por ciento , se decantan por la base mínima.
Puesto que la base de cotización determinará nuestra pensión, muchos autónomos tendrán en un futuro una pensión bajísima, que puede llegar a ser hasta un 40% inferior de la media de trabajadores.
¿Cuantas veces al año puede cambiar la base de cotización?

Es posible pedir cuatro cambios en la base de cotización por año. Estos cambios coinciden con cada uno de los trimestres impositivos de los autónomos. Por tanto vas a poder regular tu base de cotización para cada una de las declaraciones trimestrales que se efectúan todos los años.
La petición del cambio de cotización para los autónomos puede efectuarse tanto por vía telemática, como en la oficina de la Dirección Provincial de la Seguridad Social. Sin embargo, la mayor parte apuestan por los medios digitales ya que es una forma de agilizar los trámites.
Plazos que marcan el cambio en la base de cotización
Existen una serie de plazos descritos para pedir el cambio de base de cotización y que sus efectos se vean aplicados:
- Petición de cambio entre el 01/01 y 31/03, se generará el cambio de cotización desde el 1 de abril
- Petición de cambio entre el 01/04 y 30/06, se generará el cambio de cotización desde el 1 de julio
- Petición de cambio entre el 01/07 y 30/09, se generará el cambio de cotización desde el 1 de octubre
- Petición de cambio entre el 01/10 y 31/12, se generará el cambio de cotización desde el 1 de enero
¿Cómo modificar la base de cotización de un autónomo?

El cambio de base deberás gestionarlo obligatoriamente en la Sede Electrónica de la Seguridad Social a través de tu certificado digital, usuario + clave de acceso o bien Cl@ve PIN, de forma que no puede hacerse de forma presencial en oficinas.
Si no tienes PC, puedes asistir a tu oficina de la TGSS, donde hay ordenadores para trámites.
El trámite es sencillísimo y consta de pocos pasos:
1. Accede a la Sede Electrónica de la Seguridad Social
2. Entra con tu identificación.
Una vez dentro, te aparecerán todos y cada uno de los datos con tu base actual.
3. Escoge el cambio de base, conforme las opciones que te hemos comentado previamente. Te aparecerá un espacio para incluir la base de forma manual, en caso de que no optes por la revalorización automática.
Una vez hayas insertado los datos de tu cambio de base, haz clic en ‘Continuar’, y aparecerá una pantalla con un pdf por si quieres imprimirlo.
En APF Gestoría podemos realizar todos los trámites por tí. Contacta con nosotros y nos encargaremos de actualizar tu base cuando lo requieras.
¿Es recomendable aumentar la base del Autónomo?
Vamos a ver ciertas situaciones en las que te compensará aumentar tu base de cotización.
Facturación que se encuentre por encima de los 2.000€/mes
Tener un control de la facturación es indispensable para delimitar cuánto podemos cotizar. Siempre que tengamos un cierto volumen de ingresos mensual, los especialistas son partidarios de subir la base de cotización.
El cálculo generalmente admitido es el siguiente: cotizando por la base mínima, tendrás que abonar 283,30 euros todos y cada uno de los meses. A esta cantidad se deben sumar los gastos asociados a la actividad profesional. Y, asimismo, el IRPF y el Impuesto sobre el Valor Añadido de las facturas.
Teniendo presente que lo ideal tras impuestos es que, por lo menos, queden unos mil euros de ingresos netos, la referencia que se establece para lograrlo es que factures más de 2000€ mensuales. Una vez llegado aquí, debes poner en la balanza si verdaderamente mil euros de ingresos netos son suficientes para tu situación personal o bien familiar. Si es tu caso, piensa ahora si los beneficios de cotizar por una base superior te compensan: mayor pensión, más protección social en el caso de baja, y otras tantas ventajas.
Si no quieres seguir siendo autónomo
Si has decidido desarrollar todavía más tu espíritu emprendedor o por el contrario has decidido que no vale la pena seguir esforzándote en todas tus tareas y has decidido que ha llegado el momento de ser asalariado, piensa en incrementar tu base de cotización. Recuerda que desde el 1 de enero, todos y cada uno de los autónomos están en su derecho a la prestación por cese de actividad.
Y sí, esta prestación asimismo depende de la base de cotización. Para cobrarla, además de esto, debes haber cotizado a lo largo de los doce meses precedentes al cese.
La cuantía del subsidio que te corresponda será del 70% de tu base reguladora. Por consiguiente, si has cotizado por la base mínima, que son entorno a los 944€ por mes, te corresponderán entorno a los 661€ al mes. Es una cuantía baja, por lo que es recomendable que cotices por encima.
A partir de los 42 años
Cuanto menos pagas, menos recibes. Y a la inversa. Esto es absolutamente aplicable a tu pensión. Pues la pensión preocupa y mucho a los autónomos. Asimismo ATA, últimamente ha propuesto que la pensión se calcule sobre toda la vida laboral.
Debemos saber que la pensión media de los jubilados que han sido autónomos se encuentra entorno a los 680€, muy por debajo de los asalariados. Si un trabajador por cuenta propia pretende percibir la pensión más alta debería abonar una cuota de 1220€ y percibiría 2659€ cuando se jubile. Se trata de un extremo, sin embargo no cabe duda de que llegados a determinada edad es bueno empezar a replantearse la pensión.
Teniendo presente todos estos factores, para lograr acrecentar tu pensión debes acrecentar tu base de cotización desde los 42 años y si puede ser antes, mejor. En términos monetarios, se aconseja que desde esa edad y para conseguir una pensión media, la cuota del autónomo se encuentre entorno a los 500€ mensuales.